viernes, 8 de junio de 2012

Los futuros depredadores

A menudo la manada me da miedo. 
Tengo la impresión de que criamos a nuestros cachorros para que se conviertan en auténticas fieras depredadoras. 
Sin querer, o queriendo en algunas ocasiones, los volvemos competitivos, superiores, racistas,... No es malo en su justa medida, pero las mamás de la manada ni son justas ni tienen medida.


Ya os comenté la reciente incorporación de un cachorro latino. Es de la edad de Love, por lo que van a clase juntos. Isbel es menudito, y hace la letra así, menudita. Francisco, que es el más, el mejor, el superior y el más listo con diferencia abismal, se ha fijado en la letra de Isbel y la está intentando copiar.


El otro día, haciendo sus deberes, su mamá le preguntó: 


- "Toma, ¿y esto? ¿Por qué haces la letra tan pequeña?"


-" Es que Isbel la hace así"


- "Pero bueno, Francisco, Isbel hace así la letra porque en su país no hay papel y tienen que aprovechar el que tienen, pero tú tienes todo el papel del mundo, así que haz la letra bien grande"


¿Cómo será Francisco de mayor? Me imagino que se convertirá en el mayor depredador de la selva, pero con todas las connotaciones negativas que se pueden suponer.


No quiero eso para Love.


La competitividad es buena porque nos hace superarnos y crecer.


La discriminación es buena porque nos hace elegir, y elegir supone sopesar pros y contras.


Lo que no es bueno es creer que eres superior porque vives en España, porque eres alto, moreno y rápido como el viento, porque ignoras las órdenes de mamá y no tienes consecuencias o porque te has criado pensando que eres superior sin más explicaciones.


No me gusta pensar que estamos criando a los futuros depredadores.





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